miércoles, 24 de octubre de 2007

Ahora sí saquen la voz

La Voz del Pacífico no es sólo la nueva radio. Es prepararse para un nuevo viaje, empacar dudas y ansiedad. Un medio de comunicación ha nacido en nuestra universidad y la inserción en un mundo de voces sin rostros es la excusa perfecta para permitirse soñar y encausar toda la energía que durante meses se perfeccionó sin salir al aire. Para abrir el espacio que nos estaba faltando.

La competitividad se ha encargado de dictar parámetros a los que no estamos acostumbrados y a los que –aquellos que vivimos recreando historias y hechos a través de distintas plataformas comunicacionales- difícilmente nos acostumbremos.

Sin embargo, la radio -afirmaba el profesor José Ortiz en los años 90- es pura pasión. Pasión de primera, diría Rodrigo Sepúlveda. El reflejo de los momentos, emociones y situaciones que se transmiten a través de un micrófono, sin fisonomías ni palabras elucubradas que puedan adjetivar la realidad.

Aquí no se elaboran rankings de productividad ni listas de eficacia. Aquí hay gente -compañeros de pasillos, profesores, alumnos, amigos y, por supuesto, el Módulo de Práctica de la Escuela de Periodismo- que quiere compartir con otros sus experiencias, sus gustos, sus fábulas, sus vidas. Si alguien quiere inmediatez, ahí está la radio. Si alguien quiere información, ahí está la radio. Si alguien quiere cercanía, obvio, ahí está la radio.

Doug Mitchell, productor y director general de la National Public Radio (NPR) de Estados Unidos, estuvo hace cuatro años en Chile para dictar un curso sobre producción radial y trabajo en equipo. Su idea era explicar cómo se hace una emisora pública de noticias, conversación y magazine, sin publicidad y con el programa informativo (“Morning edition”) más escuchado en los Estados Unidos. Y de él hubo una cosa que me quedó dando vueltas.

“¿Sabes cómo sobrevivimos durante 30 años?”, me dijo mientras se tomaba un té sin cafeína para cuidar la voz. “Escuchando a los jóvenes, bald guy. Dejamos que experimenten en sus casas, sus escuelas o sus colleges y que nos manden el material. Siempre hay algo bueno afuera, siempre hay alguien con una idea loca dando vueltas, un talento no descubierto que no necesariamente tiene buena voz, ¿eh? ¿O acaso de dónde crees que salió Howard Stern?”.

Howard Stern, para los que no lo saben, fue el hombre que revolucionó la radiofonía norteamericana a principios de los años 90 con su programa “The Howard Stern show”, en WXRK. Y Doug, por esas casualidades de la vida, está de vuelta en Chile para hacer algunas asesorías técnicas. Ambos, para surgir, tuvieron que atar sus miedos, controlar sus incertidumbres y atreverse a decir cosas por micrófono.

Ahora, la oportunidad está ahí. En la última sala del cuarto piso, frente al casino de la Casa Central, al fondo a la izquierda. El habitáculo no es muy grande, pero esconde un mundo diferente y exquisito que permite experimentar, que no discrimina y que está abierto a nuevas posibilidades.

“Te invito a viajar…”, dice Dennise Malebrán en su nuevo disco, “Maleza”. Yo te digo que te atrevas. Lo que tantas veces reclamaste, existe. Eso sí, cuando llegues, pregunta por Fernando Meza y golpea despacio. Puede que el cartel de “grabando” esté encendido.

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